Llueve, Llueve…

Llueve, Llueve…

 

Domingo 6 de abril de 2022, un abril cuyo cielo ha extraviado la diafanidad de otros tiempos. Escucho la gárgola desaguando su incansable caudal y mientras miro llover por la ventana me doy por enterado del verde verano convertido en verde de líquenes y musgos junto a las hojas de los fresnos que siempre anticipan el avance hacia el equinoccio otoñal. 

La niña del Pacífico nos sopla, nos nubla, nos llueve y humedece hasta los huesos alimentando la melancolía que nos invade disparando recuerdos archivados en cabezas y cajones polvorientos.

Entonces, veo a mi vieja la Goya en su trajinada Cabiró que le dejara mi abuela, remendando ropa gastada de escuela, calle, y potrero. Veo al Dino de overol gris con su bordado óvalo de Ford Feigín clavado en el pecho, apurando el retorno a casa a saborear un guiso, un puchero, una sopa y la siesta corta para volver a tirarse bajo cuatro ruedas que nunca tendrá, encallándose las manos de mecánica.

Entonces, veo a mis hermanos, la barra de la cuadra, añorados vecinos construyendo la vida con trabajo, fiestas y lutos, con juegos disputas y cimientos de terruño, de pertenencia, de tribu.

Más acá en el tiempo corren mis hijos, mis nietos y los días hacia el equinoccio de mi otoño, aún lúcido, nostálgico, calmo y húmedo hasta los huesos…

…¡¡Cuantas cosas disparan como un flash la gárgola, la lluvia a través de la ventana, las hojas primeras de los fresnos, oliendo musgos y líquenes!!…

Benito Bernardo Ferrero

bernardoferrero47@hotmail.com

Residencial Vélez Sarsfield, Córdoba