01 Oct Ser Misterioso
Aclaro que lo que voy a narrar existió realmente. dicho relato incluye una institución policial que espero comprendan no la nombraré para evitar involucrarla. fui designado como 2do. jefe de esa entidad en el año 1980. transcurría el mes de junio y me encontraba en mi domicilio particular descansando en la noche, cuando fui despertado por el sonido del timbre, extrañado por la hora, tomé mi arma reglamentaria y abrí la puerta, comprobando que se trataba de uno de los choferes del patrullero quién me informó de lo siguiente “señor, disculpe que lo moleste, pero en la dependencia ocurrió algo con los dos hombres que estaban de guardia, no me explicaron de qué se trata, pero me pidieron que lo busque a usted urgentemente y ellos personalmente les informara de lo ocurrido”. Me vestí lo más rápidamente que pude y en el traslado pregunté si los muchachos estaban bien físicamente y me contestó que “estaban bien, pero actuaban como asustados”.
Al llegar a la dependencia, me informaron que los dos hombres que estaban de guardia me esperaban en la oficina del jefe. Ingresé a la oficina y estaba todo el personal de turno. el oficial inspector se adelantó y me informó que el personal que estuvo de guardia por la noche me narrarían lo ocurrido. ordenó a uno de los que estaban de guardia que contara todo sin olvidar nada. un suboficial se adelantó y pude comprobar que ese hombre estaba asustado, casi balbuceando me dijo. “señor, fui designado para cubrir la guardia nocturna, debiendo quedarme en esta oficina, mi compañero que es el cabo eduardo muñoz, le tocó cubrir la guardia pero en la casilla externa, por lo tanto para que nosotros dos pudiéramos juntarnos debíamos ir hasta el fondo de la dependencia y desde allí volver hacia el frente, porque no existe ninguna puerta que nos permita juntarnos antes.
Yo estaba en esta oficina y de pronto escuché un ruido, como si fueran pasos y pensé que se trataba de algunos de los muchachos que se habían levantado para ir al baño o a la cocina para tomar agua, para ratificar esas posibilidades decidí correrme al exterior y ver la razón del ruido. llegué al patio interno y ante mi sorpresa vi a un hombre que estaba de espalda. vestia un perramus de color negro, con un sombrero del mismo color, resaltaba su estatura porque era muy alto. daba la impresión que intentaba ingresar en un pequeño salón que se utilizaba como “casino de oficiales”, dónde se hacían reuniones laborales de la oficialidad o bien como lugar para reuniones sociales, o simplemente para tomar un café. el desconocido manipulaba el picaporte de la puerta, puse mi mano derecha por sobre la culata de mi arma reglamentaria y con la izquierda le toque uno de sus hombros, repitiendo ¿quién es usted? o ¿qué quiere? al principio no se movía, pero ante mi insistencia giró y pude ver su rostro de color verde brillante donde sobresalían unos ojos claros enormes que me miraban fijamente. sinceramente señor, me olvide del arma y solo busqué la compañía de mi compañero, corrí hasta el fondo y desde allí regresé, siempre corriendo hacia la casilla que deba al exterior del edificio. llegué hasta la puerta de ingreso de la casilla, la abrí y vomité lo poco que contenía en el estómago. señor, quiero aclararle que no bebo alcohol y que fui galardonado con la medalla al valor, por acciones de riesgo. le aclaro esto porque soy consciente de que la narración de lo que me pasó no es fácil digerirla.
Todo lo dicho por el suboficial respecto así mismo, fue comprobado y corroborado por sus antecedentes. Lo único que me quedaba por hacer era realizar una reunión general con el personal y ofrecer una explicación de lo ocurrido como “consecuencia de una acción mental circunstancial fuera de orden”, agregando que a partir de ese momento quedaba terminantemente prohibido comentarios sobre lo narrado. con eso se dio por terminado y concluido todo lo referido al tema.
Datos extraoficiales relacionados con el tema: a la semana de producida la acción misteriosa detallada, el sr. El delegado (jefe) fallece de un ataque al corazón y el suscripto pide su baja, por situaciones personales.
Para la comunicación interna, había un sistema de llamada desde cualquier oficina a la cocina, por ejemplo para pedir un café o un vaso de agua. En este caso la llamada a la cocina partía de la oficina del delegado, cosa que era imposible de que ocurriera, porque simplemente la oficina estaba desierta porque el delegado había muerto.
Después nos enteramos que en esa zona en el orígen de la futura ciudad, existía el primer cementerio, razón de donde surgen numerosas secuencias de misterios que oportunamente se desarrollaran. todas surgidas en la zona mencionada”.
Juan Carlos Berzzotti
Corrientes