01 Oct Recuerdos y Experiencias Vividas
Mi nacimiento ocurrió en un pueblo del interior de Perú, a 200 km al norte de Lima, la capital. Vengo de una familia tradicional, mi padre trabajó en una fábrica de papel y mi madre en casa.
Fuimos ocho hermanos; me tocó ser el segundo hijo de una familia conformada por tres varones y cinco mujeres, de los cuales un varón falleció siendo bebé.
Hice la primaria en una escuela del pueblo. En aquella época los profesores eran muy rectos; nos acostumbramos a eso, lo que más se exigía era la puntualidad y cumplir con las tareas. También se hacía mucho deporte. Como en aquel entonces me gustaba la música, pertenecí al coro del colegio. Después aprendí a tocar la guitarra, algunos de mis amigos también lo hacían; nos divertíamos cantando las canciones que escuchábamos en la radio. También cantaba en el colegio, con un compañero del salón, mi pueblo es una ciudad ahora, hace mucho que no voy, pero tengo familiares aun viviendo ahí.
A finales de los 70, viajé a la capital (Lima) a estudiar, algunos amigos también lo hicieron. Yo vivía con mis hermanos.
Me gustaba mucho ir a la cancha a ver fútbol, cuando se podía.
Ahí tuve la oportunidad de conocer muchos lugares de Lima y también otras provincias, ya que en aquellos días me gustaba mucho conocer lugares nuevos.
El mayor sueño que tenía era conocer, algún día, la Argentina. ¡Me parecía tan lejano ese deseo, sin saber que algún día sería realidad!
… y llegó el gran día… mi viaje fue por tierra. Crucé a Chile, luego la Cordillera de Los Andes, Mendoza, Córdoba, San Luis…por fin, apareció Buenos Aires, el lugar que siempre quise conocer. No sabía que después sería mi lugar de residencia por muchos años.
En aquellos días, conocí amigos como Adolfo y Fernando que me llevaron a conocer más Buenos Aires, Luján, Uruguay cruzando en barco el Río de La Plata.
Eran los años 90, yo iba continuamente al Correo Argentino, aún mantenía comunicación con los amigos de Lima ya que no eran comunes las llamadas telefónicas como es ahora; había que escribir cartas. También mi afición por el fútbol me llevó a conocer las canchas de Boca y de River.
Luego de dos años de residencia en Buenos Aires, al fin viajé al Perú, ya había decidido volver a la Argentina a vivir aquí, tenía trabajo y me acostumbré mucho, tenía muchos amigos también.
Recuerdo que me compré una guitarra que era una gran compañía; aunque cambié algunas, nunca dejé de tener una.
Recordando algunas canciones del tiempo del colegio, recuerdo con añoranza y nostalgia a amigos, a quienes más de una vez les había comentado mi deseo de conocer Argentina, pero con el pasar del tiempo a pocos de ellos volví a ver, sólo quedan momentos alegres que pasamos y seguramente algunos me recordarán.
Cada cierto tiempo tuve la oportunidad de viajar a Perú, algunas veces lo hacía por Chile y otras por Bolivia; en dos ocasiones viajé en avión, pero mayormente lo hacía por tierra, viajes largos, pero al fin conocí nuevos lugares como La Paz, Oruro, el sur de Perú, el norte de Chile… Calama, Iquique, Arica, Tacna, Arequipa. Un viaje en bus de Argentina a Perú se hace en cuatro días; a veces en cinco, cruzando por grandes montañas de la Cordillera de los Andes.
Alguna vez en aquellos viajes me he encontrado con amigos que no veía desde hace mucho tiempo y hemos recordado nuestra infancia en el pueblo que ha crecido mucho en todo sentido y se ha convertido en ciudad. Hay muchos más habitantes, también crecieron los barrios y las casas ahora son edificios, hay otros colegios, negocios, fábricas, plazas…
Muchas veces me he sentido extraño en mi propio pueblo, nos hemos juntado a tocar la guitarra y cantar, a recordar cuando nuestra diversión era jugar en la calle, ir a la plaza, bañarnos en el río, ir a la playa… los juegos que hoy casi no se ven. Jugábamos a la pelota más que otra cosa. También eran lindos nuestros paseos en bicicleta, ir al cine los domingos.
Con el grupo que teníamos desde niños nos hemos vuelto a juntar y ahora cada uno tiene una familia. La mayoría está por jubilarse, a algunos no he vuelto a ver, otros se han ido; sólo quedan las calles por donde alguna vez caminamos, por donde alguna vez vivimos alguna experiencia de la vida.
Lo que más me acuerdo es cuando vivía con mis padres y hermanos en la casa; esas son las cosas que se extrañan más, al igual que las fiestas en el pueblo que también eran buenas y hoy se siguen haciendo. Hay nostalgia… ese pueblito que a lo lejos se ve cuando uno va llegando y que al partir se va quedando atrás y me deja pensando si algún día volveré a ver
Hoy vivo en la provincia del Chaco, Argentina; tengo dos hijos, dos nietos y una gran cantidad de experiencias, como muchos rescato las buenas. He cosechado muy buenas amistades y a los viejos amigos los tengo casi siempre presentes.
En resumen; éstas son algunas de las historias que he querido contar, recordando a mis padres y a dos hermanos que partieron, amigos que hoy no están.
No sé si volveré a ver a mi pueblo, de lo que sí estoy seguro es de que nunca lo olvidaré.
Hoy vivo en paz, creo no haberle causado mal a nadie, rescato los momentos felices que he vivido gracia a Dios y a la gente que conocí y me ha llevado a vivir hasta aquí.
¡GRACIAS DE CORAZÓN!
Dante Wilfredo Díaz Rodríguez
Gral Pinedo, Chaco