“Añoranzas de mi Niñez”

“Añoranzas de mi Niñez”

 

Homenaje a Mis Padres Francisco y María

 

No se porque hoy me desperté con nostalgias de mi casa de campo, de tanto recordar mí niñez, me dije porqué no escribir como era un domingo de mí niñez, tal vez para que algún día mis nietos lean y se sonrían recordando a su abuela.

 

Primero les contaré que nací en una casa grande con corredores a los costados, mis padres se llamaban María y Francisco, se casaron muy jóvenes y éramos 8 hermanos, 3 mujeres y 5 varones. La Estancia se llamaba “Villa Alicia en el Paraje “Espinillo” Segunda Sección, de CURUZÚ CUATIÁ.

 

La vida de campo es muy sacrificada, pero muy tranquila y éramos felices con muy pocas cosas; a mi me gustaba andar a caballo y ayudar a mi padre en los trabajos de campo, es decir andar con los animales. 

Los domingos nos levantábamos más tarde que los otros días, siempre algunos de los

hermanos teníamos que ordeñar las vacas, como todos los demás días, los varones más grandes ya salían a la mañana a pasear a casa de algún amigo, para llegarse a la carreras cuadreras que siempre se realizaban en alguna parte. Mi mamá amasaba los tallarines caseros, casi todos los domingos, ya era una tradición, a pesar de que no éramos descendientes de italianos.

 

Después de comer ya nos preparábamos para salir a visitar algún familiar, o amigos de mis padres; Por supuesto todos los más chicos salíamos juntos, para nosotros era muy lindo salir con nuestros padres a pasear, como no entramos todos en el sulki, los varones iban a caballo.

 

En estos momentos, llega a mi memoria un recuerdo muy nítido y muy lindo, es una mezcla de dulzura, dolor y tristeza.

 

Dulzura porque la veo a mi mamá, muy contenta frente al espejo del tradicional trinchante, que teníamos en el comedor, lugar que siempre ocupaba para peinar sus cabellos; En ese tiempo, usaba semi largo, llevaba diez o quince minutos para hacerse una banana en cada costado, dejándose suelto la parte de atrás, ese es el peinado que se usaba en esa época.

 

Dolor porque sé que no volverá a suceder. 

Tristeza al darme cuenta que ya pasó más de medio siglo, ese tiempo, que en estos momentos aparecen sobre todo en mi memoria, tan cercanos.

 

Carmen Alicia Duprat 

tpcarmenduprat@gmail.com

Corrientes, Capital